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    Mi Primera Oración Específica Que Dios Me Contestó

    ¡Señor quiero que 40 niños oigan tu Palabra!

    Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.

    Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.

    Más Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío. Jueces 6: 36-40

    Probadme ahora en esto, dice el Señor: Si no os abriré las ventanas de los cielos...


    Hola que tal amigos. Mi nombre es Ramiro Ruiz de profesión Profesor de Educación Primaria. Mi bautismo en agua fue en el Nombre de Jesucristo en 1986 un 28 de diciembre, en la ciudad de Acapulco, Guerrero, México. Tenía 21 años de edad. Pero a la edad de 24 tenía poco de andar en los caminos del Señor me ocurrió esto que les voy a contar a continuación.



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    Todavía no había tenido la experiencia pentecostal de ser bautizado con el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas, como dice las Sagradas Escrituras.


    En ese tiempo me encontraba en la ciudad de Tijuana, B.C. frontera con los Estados Unidos. Me congregaba en la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús ( IAFCJ ) donde nací en la Fe. Estaba en la novena iglesia de la colonia Obrera, el pastor se llamaba Martín González.


    Una Invitación Para Anunciar El Evangelio


    Un día el pastor Martín González me hizo la invitación de ir a darle clases bíblicas a los hijos de los hermanos de la iglesia que el pastoreaba a una colonia cerca de allí que se llama el Rubí. Accedí a esa invitación y cada sábado por la tarde me iba listo para exponer la Palabra de Dios a todos los niños que aproximadamente eran unos 14 niños cuando mucho.


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    Un día me llego la inquietud en mi corazón de saber si en verdad esa era la voluntad de Dios para mí: de llevarle la Enseñanza a esos niños. Y me puse a orar por una semana; le pedía a Dios que si en verdad esa era su voluntad, que llevara el siguiente sábado a oír su Palabra a 40 niños. (Hago este paréntesis para decirles que jamás Dios me había contestado algo así, era la primera vez que yo recibía esta contestación celestial).


    Prueba a Dios, Para Ver Si Lo Que Haces Es Su Voluntad


    Me preparé esa semana para impartir la clase a esos niños, me aliste ese sábado, llegué, dí la exposición, al terminar comencé a contar a los niños reunidos allí, 1,2,3,4,10, 15,20,25,30,35,36,37,38,39 niños, me fui a mi casa y durante esa semana comencé a decirle al Señor: ¡Señor Jesucristo te pedí 40 niños, no 39, ¿dónde quedó ese niño que faltó? Y fue así que durante esa semana seguía pidiendo que Dios me enviara 40 niños y no 39, para que me confirmara que era la voluntad de Él que yo estuviera enseñando a esos chicos.


    Llegó el siguiente sábado y por la tarde me fui nuevamente a la colonia Rubí, como de costumbre, con un corazón ardiente y apasionado por exponer la bendita Palabra de Dios, del cerro de la Obrera se divisaba el otro cerro del Rubí y hasta la cúspide se encontraba esa casita de madera muy humilde en esos inicios, donde esos chicos se divertían en calles de terracería.


    40 niños que oigan tu Palabra


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    Dios Me Dio 40 Niños Exactamente Para Que Escucharan Su Palabra


    Aclaro que jamás hice invitaciones personales de casa en casa, solo se comunicaba a los padres de familia el día y la hora de la enseñanza y los niños ya sabían e invitaban a otros, ellos mismos y así, ese maravilloso día expuse el tema de las Sagradas Escrituras, y siempre llevaba dulces para regalarles a todos los presentes y comencé a contarlos... 5, 10, 15, 20, 25, 30, 35, 36, 37, 38, 39 y ....40 niños; mi corazón rebosaba de alegría al saber que mi Dios me había contestado palpablemente mi petición. ¡Gloria a Dios que me contestó mi oración!


    Cuando buscas a Dios en oración y  ruego y le pides de manera específica, debes creer que Él te contestará y cuando esto sucede nada es igual, te vuelves un creyente que le crees a Dios. ¡Aleluya!


    Como consecuencia de esta experiencia extraordinaria mi nivel de Fe se elevó, di gloria a Dios por lo ocurrido, lo testifique en la congregación para que el Nombre de nuestro gran Dios Jesucristo fuera glorificado. Y así concluyo este testimonio para que sepas que Dios responde, cuando le pedimos conforme a su voluntad. ¡Aleluya, Gloria a Dios!.


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