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    ¿Cómo Nos Vemos A Través Del Espejo Espiritual De La Ley De Dios?

    El Pecado a través de la Ley espiritual de Dios


    B. La manera más fácil de ver este asunto del pecado es por el uso de la Ley de Dios.

    i. La Ley es como un espejo espiritual que nos muestra nuestra condición delante de Dios. Osea, en la Ley podemos vernos a nosotros tal como Dios nos ve.

    Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural

    Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. [Stg 1.22-25]

    ii. La Ley nos ayuda a entender lo que es pecado, porque la Biblia dice que el pecado es cualquier infracción de la Ley.


    Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. [1Jn 3.4]

    iii. Por la Ley conocemos el pecado (o sea, en el espejo de la Ley podemos ver toda la
    suciedad que hay en nuestras vidas).


    Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. [Rom 3.19-20]

    ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. [Rom 7.7]

    C. Saquemos el espejo de la Ley, entonces, para ver cómo estamos: (Exod 20.1-17



    Los diez mandamientos forman la Ley moral que Dios ha escrito en el corazón de cada hombre.


    i. El primer mandamiento : No tendrás dioses ajenos delante de Mí.


    a. Dios debe ser la prioridad “número uno” en nuestras vidas siempre (todos los días, todo el día).

    Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente. [Luc 10.27]

    b. Nuestro amor para con Dios debe ser tan grande que el amor que sentimos para con los
    demás se ve como aborrecimiento en comparación.

    Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. [Luc 14.26]

    c. ¿Quién no ha violado este mandamiento?

    No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. [Rom 3.10-12]

    d. Este mandamiento es una cara de la moneda de la idolatría y el siguiente es la otra. Si
    Dios no es la prioridad en su vida, otra cosa es (y esa “otra cosa” es un ídolo para usted).

    ii. El segundo mandamiento : No te harás ninguna imagen, ni semejanza.


    a. No haga un dios ni con sus manos ni con su mente.

    Cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. [Rom 1.23]

    b. No haga un dios según su propio parecer (un dios al cual no le importa el pecado que a
    usted le gusta).

    ...cada uno hacía lo que bien le parecía. [Juec 21.25]

    c. Si ha violado este mandamiento (y el primero, porque los primeros dos van “mano en mano”), usted es un idólatra. Así es cómo Dios lo ve.

    iii. El tercer mandamiento : No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.


    a. “En vano” quiere decir “sin propósito” o “sin querer lograr nada”.

    b. Puede ser usar el nombre de Dios como una palabrota (que es blasfemia) o puede ser
    simplemente usar el nombre de Dios ociosamente (sin querer lograr nada).

    Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. [Mat 12:36]

    c. Si ha tomado el nombre de Jehová (Dios) en vano, usted es un blasfemo.


    iv. El cuarto mandamiento : Acuérdate del día de reposo para santificarlo.


    Dios requiere un día en cada siete para apartar (“santificar”) para Él—para que descansemos y lo adoremos a Él.

    Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. [Gen 2:3]

    v. El quinto mandamiento : Honra a tu padre y a tu madre.


    Los hijos deben siempre valorar a sus padres de una manera agradable delante de Dios.
    Nunca deben responderles, faltarles el respeto, deshonrarles, etc.

    Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. [Col 3:20]

    Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. [Deut 27:16]

    vi. El sexto mandamiento : No matarás.


    a. Este mandamiento se trata del homicidio, no de matar en general.

    Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. [Mat 15:19]

    b. Sin embargo, esta ley va mucho más allá del acto de homicidio porque Dios ve aun sus
    pensamientos más íntimos.

    He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo... [Sal 51:6]

    Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. [1Jn 3.15]

    c. Si usted se ha enojado con alguien sin causa (si lo ha aborrecido), aun si fue sólo por
    unos segundos, ha violado este mandamiento y Dios dice que usted es un homicida.

    vii. El séptimo mandamientoNo cometerás adulterio.


    a. Puesto que Dios requiere la verdad en lo íntimo, Cristo dijo lo siguiente en Su Sermón
    del Monte.

    Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. [Mat 5.27-28]

    b. Si ha hecho esto (aun sólo una vez), usted es un adúltero. Así es como Dios lo ve.

    viii. El octavo mandamiento : No hurtarás.


    a. El valor de lo que usted robó es irrelevante porque es el acto de robar que lo convierte
    en ladrón. Puede ser un lapicero, cinco minutos en el trabajo, los impuestos o una respuesta de un examen del colegio que usted robó a otro estudiante.

    b. Si ha hurtado algo (aun algo pequeño sólo una vez), usted es un ladrón. Así es como Dios lo ve (y así es como usted se ve a sí mismo en el “espejo de la Ley”).

    ix. El noveno mandamiento : No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.


    a. Esto incluye las mentiras, las “mentiritas blancas”, las exageraciones y también diciendo una parte de la verdad para engañarle a otro.

    Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso. [Jer 17.9]

    Todo hombre es mentiroso. [Sal 116:11]

    b. Si usted ha mentido, es un mentiroso. Así es como Dios lo ve.



    x. El décimo mandamiento : No codiciarás.


    a. Lo opuesto de codiciar es estar contento. ¿Quién puede decir que ha estado contento
    (con sólo sustento y abrigo) siempre, todos los días de su vida? Nadie.

    Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. [1Tim 6.8-9]

    b. Si usted ha codiciado algo, es culpable de haber violado este mandamiento.

    D. Todos hemos pecado porque todos hemos violado la Ley que Dios escribió en nuestros
    corazones—la Ley moral que se expresa en los diez mandamientos.

    i. Nuestra propia conciencia da testimonio que esto es cierto.

    Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. [Rom 2.12-16]

    ii. La palabra “conciencia” quiere decir “con ciencia”. Cada vez que pecamos—cada vez que violamos la Ley moral que Dios escribió en nuestros corazones—lo hacemos “con ciencia” (con conocimiento). Lo sabemos.

    E. Es por esto que la Biblia dice que Dios está airado contra el impío todos los días, y que el día de Su justo juicio será un día de ira. 

    Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días. [Sal 7.11]

    Los insensatos no estarán delante de Tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. [Sal 5.5]

    Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira
    para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a
    cada uno conforme a sus obras. [Rom 2.5-6]

    ...cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. [2Tes 1.7-9]

    2. Por el pecado, el hombre tiene que morir.

    A. Por cada infracción de Su Ley, Dios exige la muerte. O sea, la “multa” por haber violado la Ley de Dios es la pena de muerte.

    He aquí que todas las almas son Mías; como el alma del padre, así el alma del
    hijo es Mía; el alma que pecare, esa morirá. [Ezeq 18.4]

    B. Lo que “ganamos” pecando (violando la Ley) es la muerte.

    Porque la paga del pecado es muerte... [Rom 6.23]

    3. Después de la muerte, cada hombre será juzgado.

    A. Entienda que con sólo una infracción de la Ley, usted será hallado culpable.

    Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. [Heb 9.27]



    B. Si no guarda toda la Ley siempre, está condenado (bajo maldición).

    Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. [Gal 3.10]

    4. Sin Cristo, sólo hay una horrenda expectación de la “muerte eterna” (la muerte segunda del lago de fuego).

    Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. [Apoc 20.15]

    Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. [Apoc 21.8]




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