Índice
    Dios aborrece la discordia y la división entre hermanos

    Dios aborrece al que siembra discordia entre hermanos


    Recuerde que Dios aborrece la discordia y la división entre hermanos.


    A. Las siete cosas que Dios aborrece


    Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. [Prov 6.16-19]

    • a).- Hay siete cosas que Dios aborrece y una de ellas (al final de la lista) es la discordia entre hermanos. El versículo literalmente dice que el Señor aborrece a la persona que siembra la discordia.

    • b).-  Podemos entender un poco de por qué el Señor se siente así hacia la discordia si nos fijamos en quién fue el primero en sembrar la discordia. Fue la serpienteSatanás, el diablo
    —que sembró la discordia entre Adán y Eva, y entre ellos dos y su Creador (Gen 3.1-6).

    • c).-  No es el “hombre bueno y justo” que siembra discordia. Más bien, es el malo y depravado.

    El hombre malo, el hombre depravado, es el que anda en perversidad de boca; que guiña los ojos, que habla con los pies, que hace señas con los dedos. Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; siembra las discordias. Por tanto, su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio. [Prov 6.12-15]

    • d).-  ¿Cuál es la causa principal de la discordia y la disensión entre hermanos? ¿Cómo es que empieza? ¿Qué es la “chispa” que causa el incendio? A menudo, es la lengua.

    B. La lengua del infierno


    2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

    3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

    4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

    5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

    6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

    7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;

    8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

    9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

    10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

    11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

    12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos?

    Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. [Stg 3.2-12]


    a).-  La lengua es un fuego del infierno que inflama la rueda de la creación.

    b).-  (v5) ¡Qué incendio puede causar la lengua suelta de un “hermano en Cristo”!

    c).-  (v9) Porque con la lengua maldice a otro—habla mal de él.

    1.- . Esto se llama “chismear”: Sacar y hacer comentarios que indisponen a unas personas
    contra otras.

    2.- . La lengua es el instrumento principal—la causa primordial—de la división y la
    disensión entre hermanos. (Y recuerde que Dios aborrece esto).

    d).-  Si quiere tener una idea de qué tan importante es este asunto de controlar su lengua y su boca, lea los siguientes versículos (que sólo sirven de una pequeña muestra de lo que el
    Libro de Proverbios dice acerca de este asunto).

    a. Proverbios, capítulo 10, los versículos: 11, 13, 14, 19, 31, 32.

    b. Proverbios, capitulo 15, los versículos: 1, 2 (“sandeces” son necedades), 4, 14, 28.

    c. Proverbios capítulo 16, los versículos: 21, 23, 24, 27.

    d. Proverbios capítulo 17, los versículos: 20, 27, 28.

    e. Proverbios 19.1; 20.15; 20.19; 21.23.

    C. La discordia y la división entre hermanos


    1.- Recuerde que Dios aborrece la discordia y la división entre los hermanos (porque, al fin y al cabo, ¿quién es el autor de estos problemas? Es el diablo).

    2.-  La discordia muy a menudo empieza con una lengua suelta. Algo pasa—un problema, un roce, un choque entre hermanos—y empiezan a chismear y “carbonear” la cosa (echarle
    más combustible) hablando con otros que no tienen nada que ver con el problema.

    3,.  Hemos de entender, entonces, que si nosotros empezamos el chisme (la división y la
    disensión), o aun si sólo participamos en él, estamos causando división y disensión entre
    hermanos y hemos llegado a ser instrumentos en las manos del diablo. En semejante caso,
    Satanás está usándonos a nosotros para destruir la obra de Dios, una obra que le costó a Él un precio muy alto: la sangre y la vida de Su Hijo. Por lo tanto, Dios aborrece la división y la disensión entre nosotros.

    4.-  Satanás sabe que si puede lograr dividirnos, él puede ganar la batalla—puede parar la obra.

    Así es una de las estrategias principales de nuestro enemigo: ¡dividir y conquistar!
    Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido
    contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. [Luc 1.17]


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