El Discipulado Tiene un Fin
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El Discipulado Tiene un Fin
5. Este proceso de discipulado tiene un fin y (discipulado, seguir a Cristo, perfeccionarse, edificarse, etc.) tiene un comienzo bien marcado: contestar el llamamiento de “Sígueme” y así someterse a Cristo como su Maestro para que Él pueda enseñarle a cómo vivir dentro de Su voluntad y conforme a Su plan.
2. El proceso de discipulado terminó en las vidas de los 11 cuando Cristo (el “Discipulador”, el Maestro) se fue dejándolos a ellos con la misma misión de hacer discípulos (seguidores de Cristo).
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. [Mat 28.18-20]
3. No es decir que en este momento uno deje de crecer espiritualmente. Hasta el arrebatamiento Dios va a estar conformándonos a la imagen de Cristo (vamos a estar creciendo en Cristo).
4. Sólo es decir que la meta de todo este proceso (el fin) es llegar a funcionar como Dios quiere que funcionemos, según Su voluntad y conforme a Su plan.
5. Dios quiere que lleguemos a reproducirnos en otros “seguidores de Cristo”.
6. Cuando el proceso termina, el “discípulo” ya es un “discipulador” (uno enviado con la misma misión que Cristo tenía, y todavía tiene) O sea, el discipulado termina cuando el cristiano ya es un “misionero a su metrópoli”.
25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le
pide condiciones de paz.
33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. [Luc 14.25-33]
1. (v30) “La moneda” con la cual “pagamos” por esta “edificación” (perfección, discipulado, etc.) es el compromiso.
2. Ahora, Dios no nos pide un compromiso total de la noche a la mañana. Él entiende bien nuestra necesidad de crecer poco a poco. Por esto, hemos desarrollado la estructura de esta iglesia en etapas, para pedir un poco más de compromiso a la gente en cada etapa (para ir desarrollándonos poco a poco, de una manera saludable).
3. La estructura sigue el patrón del ciclo de desarrollo de un árbol:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. [Sal 1.1-3]
A. Los hombres somos como árboles. Entonces, queremos tomar este cuadro bíblico y aprender cómo es que los árboles llegan a ser todo lo que Dios quiere.
B. Hay cuatro etapas de crecimiento en el proceso de ser un seguidor de Cristo, y en cada etapa pedimos un poco más de compromiso.
C. Las cuatro etapas del proceso de discipulado son:
i. La Membresía (echar raíces) : Pedimos compromiso con el señorío de Jesucristo (y por lo tanto con este cuerpo local, esta iglesia, juntándose con ella).
ii. La Madurez (crecer, un tronco fuerte) : Pedimos compromiso con lo esencial para poder
crecer saludablemente en Cristo Jesús, y así establecerse en la fe.
iii. El Ministerio (las hojas) : Pedimos compromiso con encontrar y llevar a cabo su actividad propia en esta iglesia.
iv. La Misión (el fruto) : Pedimos compromiso con la misión de vida que Dios nos ha dado en Cristo Jesús, la de “buscar y salvar a los perdidos”.
D. No lo pedimos todo de una sola vez porque uno crece como un árbol: paso a paso, poco a poco.
El Discipulado Tiene un Fin
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